Una mosca sobrevuela mi mesa. A veces pensamos en la inutilidad de ciertos seres vivos. La verdad es que si existen es por alguna razón, porque sí que sirven para algo. Si no me estuviera molestando este estúpido ser alado, podría incluso pensar que ayuda a descomponer la materia orgánica, y no sólo que su único objetivo sea tocarme el aparato reproductor masculino que no tengo. Observando minuciosamente a la susodicha mosca una vez que ésta se ha posado sobre mi carpeta, puedo decir que se encuentra moviendo las patas de par en par, es decir, primero las traseras , después las delanteras. Dicho acto da paso a un ligero agitamiento de las alas, pero sin alzar el vuelo, y por tanto, sin dejar de llenar de sus "enriquecedores" microbios mi material escolar. Mientras yo atiendo a este peculiar ser, éste se encuentra danzando en mi honor. Yo podría sentirme halagada de no ser por el hecho de que al moverse se esté bufoneando de mí. Al fin emprende su vuelo, mas no dejará de molestarme con su "agradable" presencia.
Yo no soy creyente, pero hay una frase que escuché en un video, y que le viene como anillo al dedo: "Dios hizo a este animal para joderlo a uno"