Salir de la burbuja
y
flotar con ella sobre el aire inerte.
La niña que ya no es atardece sobre mirada de
la mujer que se encuentra.
La satisfacción de la felicidad atemporal,
la emoción de lo que nunca se acaba,
entre alabanzas y efervescencias,
negarle la vida a la muerte.
Nacimos para el arte de seducir al miedo
injusto.
Desnudarse ante la nostalgia y enfrentarse a
ella:
cortarle sus alas de cristal.