(Se trata de un tabajo que me mandaron hacer para el instituto)
Te escribo desde mi humilde y oscura habitación, expresando así, amada mía, cuales son mis sentimientos por ti. Cada vez que recuerdo tus dulces ojos color miel y tu deslumbrante sonrisa, no puedo evitar sentir nostalgia por aquellos días en los que tú y yo contemplábamos los atardeceres desde aquel precioso jardín, cuando las flores se entremezclaban con tus cabellos dorados como flotando en un mar de oro, a la vez que yo trataba de plasmar cada curva de tu bello rostro. Tú eres como un rayo de sol que se cuela entre las nubes, iluminando la penumbra que es mi vida. Tú, amor mío, eres el azucar que hace endulzar mi vida.
Ahora que no estás, que no te encuentras a mi lado, que te fuiste aunque no querías, que me abandonaste a mí además de a todos aquellos que te apreciaban, escribo estas lineas sabiendo que jamás podras recitarlas, sabiendo que jamás recibiré respuesta. Maldigo el día en que te dejé marchar, acabando con tu vida al mismo tiempo que cavaba mi tumba junto a la tuya, porque sin ti, amor mío, mi dulce y bella flor, vivir esta vida vacía es peor que morir. Ya no te molesto más con mis vulgares palabras. Con amor,
la persona que más te ha querido en el mundo.
La imaginación y la libertad son como el vuelo ligero del ave que habita en nuestras mentes y corazones, que habita en este blog, en el eco pacifico de una paloma pacifista.
miércoles, 30 de julio de 2014
domingo, 27 de julio de 2014
TÚ
Cuando no sé qué escribir,
te pienso.
Cuando no sé qué pensar,
te miro.
Y cuando pienso que te miro,
siento que te escribo.
Porque al sentirte me pierdo
en tu pupila profunda.
Mirada mareante,
mirada constelada.
Ojos sinceros
sobre los que escriben mis labios.
te pienso.
Cuando no sé qué pensar,
te miro.
Y cuando pienso que te miro,
siento que te escribo.
Porque al sentirte me pierdo
en tu pupila profunda.
Mirada mareante,
mirada constelada.
Ojos sinceros
sobre los que escriben mis labios.
lunes, 14 de julio de 2014
Tengo una carta para ti
Navidad del año 2011
Querida yo del futuro:
Hoy es veinticinco de diciembre, y se me ha ocurrido escribirte esta carta. Lo hago por
un motivo muy especial, ya que cuando la leas ya serás mayor, y lo más probable es que el mundo
haya cambiado, y que te hayas olvidado de mi, y yo no quiero que eso ocurra, ¿sabes?, porque tú
para mí eres importante , eres mi futuro, y creo que yo también soy importante para ti , porque en
este momento en que te estoy escribiendo estas lineas soy tu
presente, pero cuando leas esta carta
seré tu pasado, y como no sé si recordarás todo lo que hemos vivido juntas... bueno ,pues también
quiero que recuerdes qué es lo que he sentido estos últimos días , que es lo que me ha llevado a
escribirte, así que co
mienzo con los hechos:
- Diez de diciembre: hoy mamá , papá y yo nos hemos ido a vivir a casa de los abuelos , pero no de vacaciones ¿eh?, sino a vivir , que no es lo mismo. Mamá me ha dicho que nos hemos ido del piso porque en casa de los abuelos íbamos a ser más felices que en la nuestra, pero yo sé que eso es mentira, porque he oído a mamá llorar en su habitación, y si fuera por lo que ella me ha dicho no hubiera llorado. Antes de irnos de casa nos han venido a visitar unos hombres muy raros, iban vestidos de traje y corbata, como esos de la película de “Los hombres de negro”, si, en la que aparece Will Smith . Papá me ha dicho que esos hombres eran del banco, del banco de dinero , claro. Cuando salíamos de casa le pregunté a papá que por qué nos teníamos que ir, y él me respondió que era porque los señores del banco de dinero se tenían que quedar con nuestra casa, por no sé que de una hipoteca y de un desahucio . Yo en ese momento no entendí nada , y la verdad es que ahora tampoco, a ver, ¿por qué se tienen que quedar los señores del banco de dinero con nuestra casa?, ¿qué es , que no les llega con todo el dinero que tienen para comprarse una ellos? En fin , estas cosas de mayores no hay quien las entienda. Pero yo tenía razón, y mamá no me ha dicho la verdad.
- Quince de diciembre: hoy les he escrito la carta a los Reyes Magos . Les he contado muchísimas cosas, y es que hacía un montón de tiempo que no hablaba con ellos, ya ves, desde el año pasado. En ella les decía que este año he sido muy muy muy buena y , ¿sabes que?, este año no he pedido ningún juguete para mi . Este año, lo que les he pedido a los Reyes Magos es un trabajo para papá y mamá , que desde que no tienen uno están muy tristes y se enfadan mucho. Mientras les escribía la carta a los Reyes Magos, el abuelo y la abuela estaban sentados los dos juntos en el sofá , viendo uno de esos documentales de la dos, y parecían muy felices. Me pareció raro, ya que ni el abuelo , ni la abuela tienen trabajo , porque son muy mayores y están jubilados, pero son felices. Entonces me pregunté si mamá y papá serían más felices si vieran juntos los documentales de la dos.
- Veinte de diciembre: nada más despertarme me he dado cuenta de que hoy hace diez días que mamá , papá y yo vivimos en casa de los abuelos . En el cole nos han dado las notas, y la profe le ha dicho a mamá que me he portado muy bien y he sacado muy buenas notas.
- Veintidós de diciembre: hoy fue el sorteo de la lotería, “otro año más sin tocarnos un duro” como dice el abuelo. Mi familia , como tantas otras , juega a la lotería todos los años y aunque nunca les toca nada , ellos siguen jugando, por si a los niños del sorteo les da la gana alguna vez de sacar alguno de los números que tenemos nosotros. A la hora de comer salió una noticia sobre las personas a las que les había tocado la lotería. En ese momento yo le pregunté a mamá si , habiéndonos tocado la lotería, hubiéramos podido volver a nuestra casa, y ella me respondió que seguramente no, y que probablemente viviésemos aquí siempre. La siguiente noticia iba sobre unas personas que también habían sido visitadas por los señores del banco de dinero. Esa misma tarde la abuela y yo fuimos a la compra . A la entrada del supermercado había una señora pidiendo, con un cartel en la mano ,en el que decía que no tenia trabajo, ni casa , ni dinero con que alimentar a sus hijos, y era verdad, ya que en el cuenco de las monedas la gente le había echado muy poco dinero. Lo primero que se me ocurrió en ese momento fue que la señora tendría que dejar de vestirse como se viste, y empezar a vestirse como los señores del banco de dinero, así la gente le daría más dinero ,e incluso sus casas.
Esto ha sido todo lo que ha ocurrido en estos días , y todo lo que yo he sentido. Espero que con esta carta puedas recordar todo bien para no olvidarte de nada. Además te voy a pedir un favor muy grande, enorme , ¿ cuándo seas mayor , y estés leyendo esta carta , podrías responder a todas las preguntas que te he escrito?, es que son cosas que todavía no entiendo muy bien. Como se que lo vas a hacer , gracias, y hasta pronto.
miércoles, 2 de julio de 2014
INERCIA
Sin saber como empezar este poema
y aun así comienzo.
Sin saber si él leerá estos versos
y aun así prosigo.
Por más que lo pienso
nunca entenderé lo que siento.
Él no leerá estos versos
y aun así se los dedico.
Su mirada nunca buscará mis ojos
y aun así le miro.
Sus labios nunca ansiarán los mios
y aun asi le quiero.
Convivimos bajo el mismo cielo azul.
Él tan solo sabe que yo existo.
Puede que él nunca sienta mis besos
y aun así le quiero.
Puede que yo no sienta los suyos
y aun así le busco.
Él nunca me dedicará una sonrisa
y aun así sonrío.
Sus nítidas perlas nunca callarán mi boca
y aun así sonrío.
La tristeza reflejada en sus ojos
es aquella que su risa niega,
y aun asi en mis versos
él será querido.
y aun así comienzo.
Sin saber si él leerá estos versos
y aun así prosigo.
Por más que lo pienso
nunca entenderé lo que siento.
Él no leerá estos versos
y aun así se los dedico.
Su mirada nunca buscará mis ojos
y aun así le miro.
Sus labios nunca ansiarán los mios
y aun asi le quiero.
Convivimos bajo el mismo cielo azul.
Él tan solo sabe que yo existo.
Puede que él nunca sienta mis besos
y aun así le quiero.
Puede que yo no sienta los suyos
y aun así le busco.
Él nunca me dedicará una sonrisa
y aun así sonrío.
Sus nítidas perlas nunca callarán mi boca
y aun así sonrío.
La tristeza reflejada en sus ojos
es aquella que su risa niega,
y aun asi en mis versos
él será querido.
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