Érase una vez un planeta muy rico en recursos. En él vivía mucha gente, demasiada. Pero, a pesar de ser un lugar con muchos recursos, no todos los seres que lo habitaban podían acceder a ellos. Estos seres se asociaban en grupos, algunos de ellos restringiendo (vivienda, alimentos, ... ) a otros, delimitándolos, subordinándolos. Además, los grupos con más poder (aquellos que subordinaban a otros) les hacían creer a los "pobres de recursos", que eran ellos mismos quienes poseían el poder.
Esta acción la llevaban a cabo mediante la televisión (ó telebasura), las noticias, la prensa rosa, los realities (considerados como un nivel superior de la telebasura), ...
En este mundo, conocido como el Mundo de los titiriteros, en honor a los mangantes que manejan el poder, eran otros los que pagan los platos sucios de los mafiosos. Estos últimos no sabían lo que es la cárcel, ya que siempre supieron salvarse de la hoguera. Son otros los que ardían en su lugar, acusados por inquisidores asesinos, que lo único que querían era seguir alimentando su ambición infinita. Eran otros los que pagaban las consecuencias de lo que estos ricos crean, los que iban a la cárcel por delitos tan graves como hacer de titiriteros, cuando los manejantes son otros. Y eran otros quienes pagaban y recogían la mierda que creaban otros, porque estos otros les adormitaban títeres tales como la telebasura o el reggaeton, ... para que el pueblo durmiese y no supiera que no podía acabar con su situación de subordinación, seduciendo al poder y haciendo de este un planeta mejor, en el que no reinen asesinos de elefantes, sino valores como la igualdad , la inteligencia, la cultura, ...
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